19 de Julio 2004

Sobre la lógica y estética digitales

De esta forma la metáfora de la ventana de Alberti no cumple solamente una función explicativa del nuevo artilugio perspectivista, sino que sirve también para encubrir la ficción de la puerta que el propio cuadro parece estar ofreciendo. Aquí ante tus ojos, parece decir el nuevo pintor, hay un mundo con todos sus atributos materiales, un mundo en el que podrías penetrar si esta ventana que configura el marco fuera en realidad una puerta. Pero las ventanas son sólo para mirar, de forma que, de tu cuerpo, tan solo los ojos, la mirada, podrá adentrarse en la imagen.

Siempre hay un interior en la imagen, incluso en aquellas certificadamente planas, y de lo que se trata, en los casos en que ese interior no parece estar tan a la vista como en las imágenes actuales, que tienden a la penetrabilidad, 1 es dilucidar si ese interior es explícito o implícito y, en cualquiera caso, si permite, y en qué forma, la inmersión del espectador en el seno de esa interioridad.

La revolución de la informática ha replanteado nuestra manera de ver y percibir el mundo de tal manera que las imágenes que experimentamos diariamente nos presentan otro tipo de relaciones con otro tipo de entornos.
Son imágenes laberintos que nos ofrecen múltiples respuestas e interrogantes, son imágenes casi conscientes de sí mismas “ imágenes que se saben imágenes” y que a través de la interactividad nos proponen una estética diferente apoyada en la ubicuidad y una lógica de tiempo onírica donde éste, el tiempo, es reinventado.
El de la interioridad de las imágenes, que implica la existencia de una dinámica temporal contenida en el espacio estático de su superficie exterior, es uno de ellos. La detección de este tiempo interno es esencial para comprender la estructura de la imagen, puesto que con él podremos llegar nada menos que a articular el potencial reflexivo que la imagen contiene.
La imagen es ahora un puente hacia la misma realidad y por lo tanto un estadio provisional destinado a desvanecerse en el momento en que se pueda cumplir la promesa que en todo momento se hace al espectador y que, he hecho, no llegará a consumarse hasta que surjan las nuevas configuraciones la Realidad Virtual. El interior de las imágenes está, pues, siempre presente. En un caso es una presencia latente, garantizada por la textura visible de la imagen, la cual es signatura del envoltorio total. En el otro, el envoltorio se ve reflejado en la imagen, que se ofrece como portal hacia la propia realidad en la que está instalado el espectador.vLa imagen es ahora un puente hacia la misma realidad y por lo tanto un estadio provisional destinado a desvanecerse en el momento en que se pueda cumplir la promesa que en todo momento se hace al espectador y que, he hecho, no llegará a consumarse hasta que surjan las nuevas configuraciones la Realidad Virtual. El interior de las imágenes está, pues, siempre presente. En un caso es una presencia latente, garantizada por la textura visible de la imagen, la cual es signatura del envoltorio total. En el otro, el envoltorio se ve reflejado en la imagen, que se ofrece como portal hacia la propia realidad en la que está instalado el espectador.
También en ambos casos, las imágenes se presentan como vías de iniciación, de conocimiento. Pero se trata de conocimientos básicamente distintos. En un caso, el conocimiento está fuera del observador, reside ante sus ojos, por más que éstos no pueden realmente alcanzarlo por sí mismos. En el otro, el conocimiento es interior y para dominarlo hay que encontrar la correcta correspondencia entre los signos internos y los externos. En el reino de la visión hay que recurrir, pues, al raciocinio, mental, para penetrar la imagen, mientras que en el de la imagen es necesario acudir a la visión para fundamentar el pensamiento sobre un mundo que se expresa visualmente en toda su plenitud.

La cultura en la que nos vemos hoy inscritos plantea unas maneras de pensar muy diferentes a las de nuestros padres y abuelos, no sólo por las características sociales, políticas, etc, sino por la revolución en el pensamiento que ha planteado la informática. El hipertexto se ha convertido en una simulación de nuestra manera de pensar y ha entrado en nuestra cultura pero no tanto de una manera real sino más bien virtual dentro de la imagen digital.
La perspectiva fue al Renacimiento lo que la realidad virtual a nuestra época.
Las ciberculturas distan cada vez menos de lo que conocemos anteriormente como real, pero no porque se conviertan en lo mismo sino porque replantean la percepción de nuestro entorno y la manera de comportarnos en éste sin llegar a representarlo, sino convirtiéndose en una estructura con una lógica autónoma que se sirve pero no depende de los objetos reales.
Ha tenido que iniciarse un nuevo Renacimiento, esto es, una nueva concepción del hombre y del mundo, a la que también le asisten una nueva revolución científica y tecnológica, para que el arte se abra paso y se encauce por derroteros más novedosos, por inéditos, desde el punto de vista del utillaje y los soportes a utilizar. Estos hechos, sin duda, le permitirán a las artes enriquecer sus lenguajes en correspondencia con la complejidad y variedad crecientes de la nueva realidad a expresar. Un nuevo firmamento visual se abre paso. En el plano nacional e internacional, los artistas cada vez más tantean los ámbitos cibernéticos, frecuentan el ciberespacio. Dicho en términos más llanos, cambian pinceles por ratón, lienzo por pantalla y pinturas por dígitos binarios.
(Ya la imagen deja de ser una representación para convertirse en una simulación donde se vive un tiempo desfragmentado y se cuenta con la característica de la ubicuidad generando a través de la interacción nuevas relaciones estéticas. La imagen digital se convierte en una exploración de la real mas que una copia, donde se posee las características estéticas y funcionales de un primer objeto pero no se depende de éste, es una creación totalmente autónoma.)

Es cierto que la manera de adquirir conocimiento a variado pero esto no implica que los libros o los sistemas tradicionales vayan a desaparecer, - si ha sobrevivido a otros sucesos es porque funcionan verdaderamente - simplemente nuestra manera de abordarlos ha cambiado en gran parte gracias al hipertexto.
Las culturas se sirven en cada uno de sus ámbitos del hipertexto y en general de la imagen digital para satisfacer sus necesidades de distinta índole transformando sus estructuras de pensamiento y manipulando su red de símbolos en unos contextos que son como iguales pero no los mismos.
( las estructuras hipertextuales rompen con el modo lineal de adquirir información, conocimiento tradicional, permite que el usuario llegue a donde quiera llegar y por el camino que quiera llegar. Nosotros no pensamos linealmente, manejamos pensamientos dentro de una lógica onírica y es ésta misma lógica de tiempo la que se ve simulada en el hipertexto y en la imagen digital.
Cada bloque de información nos lleva por variables caminos que están inscritos en él, generando relaciones de interactividad endógenas y exógenas.
El hipertexto presenta tantos tipos de interpretación o navegación como usuarios y nos presenta una estructura laberíntica con conexiones múltiples.

Las nuevas imágenes que nacen con la aplicación en la pintura de las técnicas perspectivistas deben ser penetradas, pues, más allá de la visión para revelar plenamente su contenido, puesto que es en el interior de las mismas donde reside el significado del mundo que representan.
Estética, entendida ésta como teoría de lo sensible

En el orden espectatorial, la imagen ocuparía una posición curiosamente desdoblada, entre el exterior y el interior de la experiencia humana
La imagen sería, pues, a la vez interna y externa. Tendría una categoría visual equivalente, aunque subsidiaria, a la del mundo real, pero a la vez seria una exteriorización de la imagen interna que se forma en la imaginación de los empiristas y los racionalistas.
Al contemplar una imagen, veríamos a la vez representados el mundo y la imagen de este mundo captada en privado por nuestra imaginación. De esta manera, la imagen, lejos de ser la réplica inerte del mundo objetivo que querían filósofos, lejos incluso de constatar la uniformidad de los espacios de la objetividad y la subjetividad, se convertiría en la prueba evidente de una fenomenología mucho más compleja. Pero para poder evidenciar este contenido complejo es necesario romper la estética de la superficialidad que el modelo espectatorial construye para la imagen. Es necesario descubrir la existencia de un interior de la misma.

En un caso como éste, no hay que hacer demasiado esfuerzo para comprender que la imagen -el mapa del jardín- tiene un interior, puesto que los procesos de digitalización nos permite acceder al mismo de manera inmediata. Pero esa rapidez de ejecución no asegura ni mucho menos la posibilidad de comprender el alcance fenomenológico de este espacio interno. Hay que repensar de nuevo la evolución de la imagen a lo largo de la historia para que este proceso, que ahora acostumbra a parecer tan natural, nos desvele todo su contenido epistemológico.
También el absurdo como habitual contraste entre arte y comunicación empieza a superarse. Para una comprensión más integral y moderna de los grandes procesos estético-comunicativos de la sociedad humana, es ya improcedente un arte desligado de la comunicación y una comunicación aislada del arte. Unidos desde los inicios de la humanidad, todo lo que a partir del Renacimiento se desligó y desnaturalizó a imperativos del desarrollo social y de la naciente economía de mercado, hoy, por razones parecidas, pero a un mayor nivel científico, técnico y comunicativo, se liga y naturaliza como actividad de creación afín a comunicadores, artistas, técnicos y operarios. El trabajo multidisciplinario, el alto grado de especialización de cada uno de los profesionales que intervienen en la creación de un producto comunicativo dado y su posterior masificación por el medio elegido al efecto, no desdicen su condición de ser, a una vez, arte, ciencia y técnica,

Escrito por angielorena a las 4:41 PM | Comentarios (0)